Château de Azay-Le-Rideau
Azay-Le-Rideau, Indre et Loire – Francia
47° 15′ 33″ N 0° 27′ 58″ E
“La conservación y restauración de monumentos tiende a salvaguardar tanto la obra de arte como el testimonio histórico”. Carta de Venecia, art. 3, ICOMOS, 1964
Nuevas inspiraciones para nuevos nobles
Bajo los reinados de Luis XII y Francisco I, surgió en Touraine una nueva clase de hombres adinerados y poderosos que, junto con el rey y a veces antes que él, construyeron castillos. Estos hombres controlaban las finanzas reales gracias a un sistema que les otorgaba plenos poderes en la medida en que ocupaban varios cargos a la vez: recaudador de impuestos, ministro de finanzas y banquero del rey. De origen burgués, estos hombres devenidos nobles trataron de afirmar su nuevo rango construyendo castillos. Querían impresionar por eso se inclinaban por formas arquitectónicas novedosas. Manifestaron su nuevo poder combinando elementos defensivos tradicionales con innovaciones arquitectónicas provenientes de Italia. El primero de ellos, Florimond Robertet, primer ministro de Carlos VII y de Luis XII, construyó en 1512 el castillo de Bury-en-Blesois, este edificio tenía una organización regular y simétrica en torno a un pabellón central, señalando el camino hacia un nuevo método de construcción. Seis años más tarde sería el turno de Gilles Berthelot quien imitaría a Bury en Azay-le-Rideau, añadiendo una decoración a la italiana. Hacia el año 1494 cuando se inician las guerras entre Francia e Italia, los franceses descubrieron un nuevo arte y una nueva arquitectura inspirados en la antigüedad, este nuevo estilo encontró una respuesta inmediata en el Valle del Loira, especialmente en los círculos de la corte. En esta región francesa se iniciaron en un periodo de diez años los primeros castillos de principios del Renacimiento, 1512 Bury-en-Blesois (demolido), 1514 Chenonceau, 1515 Blois (ala de Francisco I), 1516 Azay-Le-Rideau y finalmente en 1519 Chambord. Los diseños de estos castillos fueron todos escenarios de pruebas en los cuales se tomaron elementos de la antigüedad, como en los modelos italianos, pero adaptándose al gusto y las costumbres francesas de la época. Tal es el caso de Azay-Le-Rideau que nunca fue terminado, pero demuestra este proceso de asimilación de los estilos creativos.
Un diamante engarzado en el Indre
El castillo de Azay está considerado como uno de los paradigmas de la arquitectura renacentista francesa, si bien está construido bajo estos preceptos también cuenta con inspiraciones italianas. Sus sucesivos propietarios han contribuido a convertirlo en la joya arquitectónica más armoniosa del Valle del Loira. Sus dos alas se construyeron a principios del siglo XVI, pero su silueta definitiva no se culminó hasta el siglo XIX, por tanto, debe ser admirado como una joya renacentista y también como un ejemplo representativo del gusto del s.XIX por el arte del renacimiento. Honoré de Balzac lo llamó «un diamante tallado en facetas, engarzado por el Indre» («Un diamant taillé à facettes, serti par l’Indre»
De fortaleza medieval a castillo de la nobleza
El primer castillo medieval de Azay fue construido hacia 1119 por uno de los primeros señores locales, Ridel (o Rideau) d’Azay, que construyó una fortaleza defensiva para proteger el camino entre Tours y Chinon. La finca fue adquirida hacia 1498 por Martin Berthelot, quien transfirió más tarde el castillo a su hijo Gilles, presidente de la Cámara de Cuentas y Tesorero de Francia. El actual castillo fue construido entre 1518 y 1523 por Gilles Berthelot. Sospechado de malversar fondos públicos y luego de ver ejecutado a su primo Jacques de Beaune-Semblançay por idénticos motivos, la pareja Berthelot decide vaciar el castillo y marcharse a Metz. En junio de 1528 el rey confiscó un castillo inacabado y en 1535 lo otorga a Antoine Poton Raffin de Pelcavary, capitán de sus guardaespaldas. El edificio recibió algunas mejoras, pero se abandonó la idea de cerrar el patio, lo que le habría dado la forma tradicional de cuadrilátero, y mantuvo la forma de « L » hasta hoy. El castillo no fue ocupado realmente hasta 1547, lo heredó el hijo de Antoine y luego su viuda. En 1791, el castillo abandonado y muy degradado fue vendido por Henry de Courtemanche al marqués Charles de Biencourt, quien le dio su aspecto actual realizando importantes cambios en el interior y el exterior. Sus descendientes lo conservaron hasta 1899. El 11 de agosto de 1905, Jean-Achille Arteau vendió el castillo y parte del parque al Estado.
Philippa Lesbahy, la directora de obra del castillo
Entre 1518 y 1523 se realizaron los trabajos que otorgarían al castillo su configuración actual, sus propietarios en ese entonces eran Gilles Berthelot, quien pasaba la mayor parte de su tiempo ocupado por su trabajo para el rey y su esposa Philippa Lesbahy la verdadera responsable de la ejecución y el control de los trabajos que fue asistida por el abad Guillaume Artault en ausencia de su marido. Dos registros de cuentas de la construcción de 1518 a 1519, redactados con su fina caligrafía, hablan precisamente de su papel como directora de la obra, una tarea que ejerció de forma muy efectiva ya que tardó solo seis años en construir el edificio principal. Dirigió la obra teniendo bajo su responsabilidad un centenar de obreros, jornaleros, albañiles y maestros albañiles que trabajaron en la construcción del castillo. A Philippa Lesbahy no la asustó la escala del lugar: movimiento de tierras, limpieza del terreno, bombeo de agua, entrega de piedras. También gestiono la entrega de piezas de mampostería como ventanas y ménsulas talladas, además de la madera para la estructura soporte de la cubierta.
“Los trabajos de conservación, de restauración y de excavación irán siempre acompañados de la elaboración de una documentación precisa, en forma de informes analíticos y críticos, ilustrados con dibujos y fotografías”. Carta de Venecia, art. 16, ICOMOS, 1964
Una historia marcada por los cambios
El castillo fue construido en el emplazamiento de un edificio más antiguo, en la punta de una isla formada por dos brazos del río Indre. Un foso, ampliado en un estanque en el siglo XIX, separaba el castillo del resto de la isla, ocupada en parte por un jardín. El bloque principal (sur) y el ala derecha (oeste), reconstruidos en el siglo XVI, son los únicos vestigios actuales; construcciones más antiguas ocuparon durante mucho tiempo el lado este y la entrada (donde el puente levadizo seguía en pie hasta 1670). Las obras probablemente comenzaron alrededor de 1516 en la parte principal del edificio. los cimientos, colocados sobre pilotes, se estaban colocando en 1518 -probablemente los del ala derecha (oeste), que terminaba en una torre medieval (reconstruida en el siglo XIX) y que Berthelot decidiera conservar), porque tal vestigio atestiguaba la antigüedad del señorío. En 1519 se construyó la planta baja del ala oeste, así como la mitad oeste del bloque principal; la escalera se hizo en 1520-21, las obras se detuvieron en 1526 o principios de 1527, cuando Berthelot huyó acusado de corrupción. Francisco I confiscó la finca y la entregó a Antoine Raffin, capitán de los arqueros de la guardia real. Raffin no tenía ni los ingresos ni la ambición de Berthelot, y se limitó a completar el extremo oriental del edificio principal, sin llegar a construir el ala izquierda que, sin duda, se había previsto inicialmente. Después de 1670, el marqués de Vassé creó el patio de armas y el camino que conduce a él, otorgándo al lugar una composición alineada. Derribó todos los edificios medievales excepto la torre situada junto a la entrada, cuya corona se sustituyó por un tejado abovedado. El castillo se convirtió en un escenario abierto, de acuerdo con el gusto del siglo XVII. A mediados del siglo XIX, la familia Biencourt erigió una torre (que albergaba una escalera) en el ángulo noreste del edificio principal, el entorno inmediato del castillo también se modificó con la creación de un parque y la construcción de un estanque ornamental frente a la fachada oeste, donde originalmente estaba el foso.
Las fachadas presentan rasgos contrapuestos. En el exterior, los constructores quisieron dar un aspecto fortificado al castillo: los muros rematan en un parapeto con ventanas a modo de almenas y merlones con troneras. Este aspecto militar, más pronunciado aquí que en otros castillos del Loira, se contradice con las grandes ventanas del ático que se elevan por encima de la hilera de ventanas más pequeñas que jalonan el parapeto. Este contraste paradójico fue tomado del gran castillo de Maréchel de Gié, cerca de Angers (demolido), a Berthelot le agrado porque estos « elementos militares » subrayaban el carácter noble de la residencia al igual que lo hacen los torreones de las esquinas muy similares a los de Chenonceau. Con una limpia cuadrícula de líneas horizontales y verticales, las fachadas encarnan un nuevo tipo de sobriedad. Las pilastras « antiguas » con fustes sin decoración se elevan para encontrarse con molduras finas y lisas. Los motivos ornamentales de las fachadas provienen « de la antigüedad », pero su organización vertical es completamente francesa. El entramado de pilastras y molduras, aunque inspirado en Italia, está tratado con un espíritu diferente: las molduras horizontales son muy ligeras y asignan el protagonismo a las pilastras, que se elevan sin interrupción desde el suelo hasta la cornisa superior, rota a su vez por altas ventanas. Estas ventanas están rematadas por frontones curvos y trapezoidales tan elevados como los frontones del gótico tardío, una respuesta francesa a los frontones semicirculares italianos. Esta verticalidad se expresa con mayor énfasis en la fachada de la escalera de Azay. Los dos arcos de entrada están flanqueados por altas columnas que conducen inmediatamente a la planta superior. En este nivel -el primer rellano de la escalera- cinco nichos con dosel, de espíritu gótico tardío, ocupan posiciones que se elevan hacia el centro, creando un movimiento ascendente reforzado por el único nicho central del segundo rellano. El efecto es tanto más llamativo cuanto que las ventanas de las logias están situadas a medio camino entre los niveles de los pisos, de modo que todas las líneas horizontales de la fachada se rompen (excepto la cornisa final, interrumpida a su vez por las ventanas del ático). En todo este conjunto de elementos, nada impide el empuje hacia arriba, que termina en el frontón final, el cual se eleva desde los dos frontones curvos que coronan los arcos de la logia más alta. El frontón que remata la escalera está compuesto por una serie de formas entrelazadas y superpuestas. Dos frontones curvos y trapezoidales sirven de soporte al frontón monumental, ambos rematados por dos frontones secundarios redondeados, por los que discurren las contrahuellas del frontón principal. Aquí se ve reflejado el Renacimiento italiano en el lenguaje empleado, pero el espíritu y la forma de entrelazar los elementos es altamente gótico.
La escalera fue colocada en el centro del edificio principal, a pesar del inconveniente de tener que separar el vestíbulo de recepción y las mejores habitaciones. En el exterior de la fachada sur, los vanos, las ligeras salientes que conducen a las torretas y las propias torretas están dispuestos más o menos uniformemente a ambos lados de la escalera, indicada a su vez por ventanas triples rematadas por una gran ventana a dos aguas que marca fuertemente el eje principal de la fachada. En la fachada del patio, las ventanas más cercanas a la escalera ocupan posiciones idénticas, esta fachada habría sido perfectamente simétrica si se hubiera construido el ala izquierda. La disposición del ala oeste, por su parte, es aún más interesante: en el lado del patio, el centro presenta el gran arco del pasaje abovedado al jardín; en el lado exterior, sin embargo, el arco del pasaje no podía alinearse centralmente con la fachada, por lo que el arquitecto evitó destacar el centro. En su lugar, diseñó una composición global de cinco crujías casi igual de espaciadas. La planta muestra que sólo podía conseguir este resultado colocando la penúltima ventana alineada con el tabique que tenía detrás, lo cual era obviamente imposible. Así pues, tuvo que realizar un engaño visual: en la planta baja, redujo progresivamente el tabique para situar la ventana lo más a la derecha posible (más o menos equidistante de los otros vanos) mientras que en la primera planta sólo se abre la parte izquierda de la ventana, ya que la parte derecha está bloqueada por el muro. El grado de estas arriesgadas y complicadas soluciones exponen un interés por la simetría y una preocupación por la composición inspirada en nuevas ideas, tales preocupaciones eran desconocidas en un país donde la disposición interior y la comodidad dictaban la colocación de las ventanas.
En 1791, Charles de Biencourt, aficionado a la botánica, quiso transformar el jardín en un parque paisajístico. Los denominados « jardines ingleses », con sus trazados irregulares, reflejando una concepción natural e incontrolada de la naturaleza, el emplazamiento del castillo era ideal para tal fin. Desafortunadamente la revolución francesa impidió el desarrollo de ese jardín, más tarde su hijo en un intento de continuar los deseos de su padre plantaría árboles de especies exóticas para la época (Sequoia, Cedro, Tulipán de Virginia). Los jardines actuales fueron ampliamente rediseñados en el siglo XIX por la familia Biencourt, que lo transformaron en un gran parque paisajístico. Al sur y al oeste, tienen dos espejos de agua, (herencias simbólicas de antiguos fosos) estos espejos fueron de hecho creados en 1950 por el arquitecto jefe de los monumentos históricos que hizo ensanchar el brazo del río para que el agua fluyera a lo largo de los cimientos y sus fachadas se vieran reflejadas. De enero de 2014 a abril de 2015, el Centro de Monumentos Nacionales llevó a cabo una amplia campaña de restauración del parque. Mediante documentos de archivo, rediseñó los caminos tal y como eran en el siglo XIX y volvió a plantar algunas especies.
La escalera, el elemento tradicional de uso vanguardista
La planta en L del castillo de Azay es sorprendentemente asimétrica, en principio por la huida de Berthelot y posteriormente porque ninguno de sus propietarios posteriores quiso aventurarse en una obra de gran envergadura corriendo el riesgo de alterar la armonía de las partes. La escalera tiene una presencia tan fuerte que es difícil interpretar y analizar el edificio sin partir de este objeto arquitectónico como elemento organizacional del conjunto. El cuerpo principal del castillo presenta una simetría axial a partir de su escalera principal, la que organiza el espacio en dos mitades iguales. El primer tramo de esta escalera conduce a la planta baja, que está un metro más alto que el patio, una disposición poco habitual en la época, pero que se explica por el riesgo de inundaciones. La mitad izquierda está ocupada por dos dormitorios, mientras que en la mitad derecha se encuentran la despensa, la cocina, el comedor, el pasaje que comunicaba el patio de armas con los jardines a donde se llegaba atravesando la pasarela sobre el foso, y por último la biblioteca. En la primera planta, un salón de recepción se extiende sobre la zona de la cocina, las habitaciones más pequeñas del ala derecha, separadas por un guarda ropas, se beneficiaban de un acceso privado a través de la escalera de caracol de la antigua torreta. En el sector izquierdo, se cree que estaban las dependencias del dueño de casa, su habitación con la correspondiente antecámara, fue en este sector donde se hospedó el rey Luis XIII en 1619. El segundo piso está ocupado por el ático, lo que permite liberar más espacio en la planta del primer nivel otorgando mayor altura al salón principal. La estructura soporte original de la cubierta está realizada en madera de roble, cuya tala fue autorizada por Francisco I en 1517 en el bosque de Chinon. En su interior el castillo conservó las características del renacimiento italiano con sus decoraciones escultóricas y evocaciones del renacimiento flamenco con tapices de los sXVI y SXVII. La influencia italiana se manifiesta también en la gran escalera, compuesta por tramos rectos que suben en direcciones opuestas, este tipo de escalera ya era común en Italia, pero extraordinariamente novedoso en la Francia de 1518. Acostumbrados a escaleras relativamente estrechas y con poco margen de maniobra (las puertas se abrían directamente sobre los peldaños sinuosos, sin rellano), los franceses debieron de quedar sorprendidos por el carácter espacioso y monumental de las escaleras italianas. El modelo italiano se empleó como punto de partida de una manera nueva de concebir el espacio de la escalera y su relación con los otros espacios del castillo. En lugar de estar ubicada en una esquina del edificio, como en Italia, la escalera compensada se situó en el centro del edificio principal, tanto en Azay como en Bury; lo que conllevo a manifestar la misma en la fachada que daba al patio e indicaba la entrada principal. Esta función hasta entonces la asumían las torretas de la escalera exterior que habían sido la característica principal de las fachadas de los patios en Francia. El arquitecto respetó las costumbres francesas marcando la presencia de la escalera en el patio y concibiendo una fachada de escalera con una logia abierta en cada planta, coronada por una gran ventana a dos aguas. La originalidad y el avance tecnológico consistió en la combinación de este estilo de fachada con la nueva escalera italiana, enfoque que sería imitado en la región del Loira durante los siguientes cincuenta años.
Montaje de andamios 2015.
Fuente: Centre des monuments nationaux.
Restauración de cubierta y ornamentos 2015. Fuente: Centre des monuments nationaux.
Reemplazo integral de las pizarras en la cubierta 2016. Fuente: France 3.
Reparaciones en la cubierta y chimeneas 2016. Fuente: Centre des monuments nationaux 2021.
Trabajos de renovación
FID-RID
Comitente: Gilles Berthelot
Albañilería
Demolición de parte de la fortaleza medieval.
Trabajos de renovación
FID-RID
Comitente: Gilles Berthelot y Philippa Berthelot
Albañilería
Comienzan las obras de construcción del cuerpo principal del castillo actual.
Trabajos de renovación
FID-RID
Comitente: Gilles Berthelot
Albañilería
Los trabajos de construcción se detienen. Berthelot huye y abandona el castillo.
Trabajos de renovación
FID-RID
Albañilería
Construcción de la capilla funeraria en el lateral de la antigua iglesia de Azay.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Henry-François Marqués de Vassé
Demolición
Puente levadizo, dependencias y patio donde se encontraban los edificios de la granja.
Albañilería
Creación de la « avenida del semicírculo », dos caballerizas simétricas que daban a un patio delantero semicircular y a una gran avenida que coincidía con la fachada de la casa.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Henry-François Marqués de Vassé
Albañilería
Derrumbe parcial del antiguo castillo. Reconstrucción del sector este derrumbado del ala norte. Ejecución del último tramo de ventanas sobre la fachada.
Trabajos de renovación
FID-RID
Comitente: Charles de Biencourt
Movimiento de Tierras
Desaparición de los fosos frente a las dependencias.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Charles de Biencourt
Albañilería
Construcción de un pabellón chino. Reparación de las bóvedas y el ornamento de la escalera. Construcción de la torreta (noreste) estilo troubadour. Modificación del ala oeste, se elimina la cocina para transformarla en comedor, creando una nueva cocina en el sótano. También se modifica el paso entre el patio y los jardines.
Ornamento
Reparación de los ornamentos de la escalera y agregado de los medallones de reyes y reinas de Francia.
Trabajos de renovación
FID-RID
Comitente: Armand Marie Antoine de Biencourt
Demolición
Del pabellón chino.
Albañilería
Restauración de la torre troubadour (noreste) por una torreta idéntica a las demás.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Estado francés.
Albañilería
La cocina vuelve a su ubicación inicial. El gran salón recupera sus proporciones originales.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Estado francés.
Cubierta
Reparación de la estructura soporte de la cubierta y del tejado.
Ornamentación
Reparación de las chimeneas y de las lucarnas.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Estado francés.
Albañilería
Consolidación de las bóvedas, sustitución de las claves de bóvedas y supresión de carpinterías en la gran escalera.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Estado francés.
Movimiento de Tierras
Restauración de los espejos de agua en las fachadas sur y este. Supresión de la terraza al este y de un terreno de diez metros al sur.
Trabajos de reparación y renovación
FID-RID
Comitente: Estado francés.
Ornamentación
Los apartamentos se vuelven a amueblar mediante una combinación de donaciones y legados.
Restauración integral de los jardines
FID
RI: Centro de Monumentos Nacionales
Jardinería
Regeneración de los suelos, restauración de caminos y puentes, instalación de nuevos sistemas de alumbrado y riego.
Restauración integral de cubiertas y fachadas
FI: enero 2015 – 7 de julio de 2017
RI: Centro de Monumentos Nacionales.
Comitente: Estado francés.
Albañilería
Conservar la piedra Tuffeau (material original) con técnicas modernas. Limpieza con láser, herramientas diamantadas, desalinización controlada o consolidación con silicato y reposición de piezas faltantes.
Ornamentación
Limpieza y consolidación de los pináculos y las cumbreras de plomo del s. XVI. Cumbrera de plomo nuevo: 99 ml, adornos de cumbrera restaurados: 8.
Cubiertas
Conservación de la estructura de madera de roble del s. XVI. Limpieza, reposición de piezas faltantes o en mal estado y protección total de la estructura. Reparación de las impermeabilizaciones y consolidación de las agujas, protección de las cumbreras de plomo policromado. Retiro y sustitución total de la pizarra semi-gruesa de Anjou por una pizarra de Galicia de características similares. Roble nuevo: 35 m3, cubierta nueva: 1838 m², peso de la pizarra: 75 toneladas.